Cuando la botella dice una cosa y el gusto otra
¿Cuántas veces has comprado una botella que decía “aceite de oliva virgen extra” y, al probarla, no te dice nada ? Ni aroma, ni frescura, ni esa pizca en la garganta que emociona. No es casualidad: demasiado a menudo, lo que encontramos en los lineales
1) Las señales del paladar: qué dice un aceite de oliva verdadero
Un aceite de oliva verdadera habla solo. Nada más ponerlo en la boca, te regala
2) Las trampas del supermercado
Muchos envases visten de “premium” un aceite que lleva mezclas de orígenes lejanos , filtraciones extremas y meses de almacenamiento. ¿El resultado? Un líquido uniforme pero
3) La etiqueta: lo que hay que mirar de verdad
No te quedes con el diseño. Mira:
- Variedad de la aceituna (arbequina, picual, etc.).
- Zona de producción (cuanto más concreta, mejor).
- Fecha de cosecha y envasado , no sólo de caducidad.
- Cooperativa o productor identificado.
Si no está, quizás quiere decir que no quieren que lo sepas .
4) ¿Dónde encontrar aceite de oliva verdadero?
La respuesta es sencilla: en el campo y en la cooperativa . En Castelldans, la aceituna arbequina se prensa en frío, junto al árbol y sin prisas. Así nace un aceite de oliva verdadero , capaz de contarte quién lo ha cosechado y con qué paciencia.
5) Un gesto para recuperar el gusto
La próxima vez que pongas aceite en el pan, pregúntate: “¿Esto me dice algo?” Si no, quizá sea hora de buscar uno de verdad. Un óleo que conecte con tus raíces, con el campo, con la gente que lo hace posible.
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